Flores

Aquella vez nos fugamos de casa; mi hermana y yo.
Llegamos a Oaxaca , íbamos con unos amigos.
Pisando la ciudad, tomamos el primer autobús que pasó. Llegamos a un bar, del cual nos atrajo la música; y ahí estaba Ella.
Ligera, con aire de libertad, comprando cigarros sueltos. Sus chinos brillaban por la claridad de su tono y la luz de la calle, y entonces se acercó el vendedor de flores:
- ¡A mí las flores me gustan sembradas en el campo!
Habló de ella, de la importancia de ser ella, de su gusto, su personalidad y su respeto.

Así fue como quedó sembrada en mi memoria.

El Ojo

 El año pasado ha sido un año difícil, más de lo cotidiano y frívolo que normalmente considero la dificultad, entonces los sucesos me ayudan...